Escrita por: Alejandro Aguirre, gerente de ventas para México, Centro América y el Caribe en Axis
Communications.
La videovigilancia ha dejado de ser una herramienta limitada a la seguridad. Hoy,
gracias al avance de la tecnología, se ha convertido en un sistema inteligente que
genera información en tiempo real, lo que permite a las empresas tomar
decisiones más informadas, mejorar procesos y ofrecer un mejor servicio al
cliente.
Sectores como el retail, la logística, la manufactura y el transporte ya están
aprovechando el potencial del análisis de video para detectar patrones de
comportamiento, reducir pérdidas, optimizar rutas y tiempos de entrega. Esta
evolución tecnológica convierte a la videovigilancia en un aliado clave no solo para
proteger activos, sino también para aumentar la eficiencia operativa.
En un mundo donde las decisiones deben tomarse de forma rápida y basada en
datos, contar con herramientas que aporten inteligencia estratégica es
fundamental. Aquí es donde entra el concepto de video inteligente, una tecnología
que va más allá de grabar imágenes. Impulsada por la analítica avanzada, la
Inteligencia Artificial (IA) y la conectividad en red, esta solución se transforma en
un activo del negocio.
El video ya no solo registra lo que sucede; ahora interpreta, analiza y predice
comportamientos, generando datos que pueden ser utilizados para mejorar la
productividad, reducir riesgos y elevar la calidad del servicio en múltiples
industrias.
Sin embargo, el desarrollo tecnológico por sí solo no garantiza el éxito. Para que el
video inteligente cumpla su función de forma efectiva, es necesario un enfoque
colaborativo. Por ello, muchas compañías están adoptando modelos basados en
alianzas con integradores, distribuidores y desarrolladores tecnológicos, que
permita construir soluciones a la medida de los desafíos específicos de cada
industria. Este ecosistema permite anticipar tendencias y diseñar respuestas
escalables, sostenibles y con un retorno tangible de inversión.
El mercado mexicano es un claro ejemplo del potencial de la videovigilancia
inteligente. Con un valor que supera los $350 millones de dólares, esta industria
ha evolucionado más allá de la seguridad.
Hoy, una misma cámara puede detectar accidentes viales, medir aforos en tiempo
real o identificar patrones de consumo en tiendas departamentales. Esta
versatilidad convierte al video en una fuente de datos útil para mejorar la
operación y el servicio en distintos entornos, incluyendo el de las llamadas
ciudades inteligentes.
De cara al futuro, la videovigilancia seguirá evolucionando hacia soluciones más
inteligentes, éticas y sostenibles. Según Gartner, el mercado de la ciberseguridad
en la región alcanzará los 12.480 millones de dólares en 2029, mientras que la
Inteligencia Artificial podría representar el 5.4 % del Producto Interno Bruto (PIB)
regional, lo que equivale a cerca de 500 mil millones de dólares.
Este panorama abre oportunidades reales para innovar con responsabilidad. La
ciberseguridad, la protección de datos personales y el respeto por el
medioambiente ya no son opcionales, sino pilares clave en el diseño de nuevas
tecnologías. En este entorno, la capacidad de adaptación y el enfoque estratégico
serán los grandes diferenciales.
Apostar por el video inteligente es, en definitiva, una decisión que permite
transformar la información en conocimiento y el conocimiento en acción,
impulsando así un crecimiento empresarial sostenido, seguro y con propósito.
Para más información, visita: axis.com
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