● No es lo mismo apagar las llamas que aparecen en una cocina que contener una
explosión química. El tipo de fuego determina el riesgo, la táctica y la vida en juego.
● El 2024 fue un año crítico, solo en incendios forestales se reportaron 6.293
emergencias que afectaron más de 216.000 hectáreas.
Bogotá, julio de 2025. Cada incendio tiene su propio lenguaje. Un fuego en una vivienda,
una deflagración en una planta química o una quema de rastrojos en zona rural pueden
parecer similares a simple vista, pero cada uno responde a un comportamiento distinto,
exige protocolos particulares y pone a prueba capacidades muy diferentes. En una
emergencia, confundirlos puede ser el error más costoso.
En Colombia, los incendios siguen un patrón que responde al entorno. En zonas urbanas,
los más comunes son los estructurales: viviendas, locales comerciales o instalaciones
eléctricas colapsadas por sobrecarga. En el campo, predominan los incendios forestales o
agrícolas, donde el viento y la sequedad hacen que un descuido se transforme en desastre.
En la industria, sin embargo, el fuego adquiere una dimensión completamente distinta:
materiales peligrosos, atmósferas explosivas, gases tóxicos y estructuras comprometidas
elevan el nivel de complejidad a su punto máximo.
Tipos de incendios según el entorno
● Industriales: Incendios clase B (líquidos inflamables), clase C (eléctricos) y eventos
con materiales peligrosos. Son frecuentes en refinerías, plantas químicas, bodegas
logísticas y centros de producción.
● Urbanos: Incendios estructurales clase A, por papel, madera, plásticos. También
fugas de gas doméstico, incendios vehiculares y cortocircuitos.
● Rurales: Forestales, quemas agrícolas fuera de control y fuegos en instalaciones
con agroquímicos o maquinaria pesada.
Mientras que un incendio estructural puede ser contenido con agua y ventilación, uno
industrial exige conocimiento químico, agentes especializados y protocolos de contención
que van más allá del uso convencional de extintores.
Los incendios industriales contaminan, colapsan estructuras y paralizan operaciones
enteras. Superan fácilmente los 1.000 °C, comprometen vigas metálicas y generan
incendios combinados de clase A, B, C y D. También liberan sustancias letales como
fosgeno, ácido clorhídrico, cianuro de hidrógeno, óxidos de nitrógeno, amoníaco o benceno,
todos con alto potencial tóxico, inflamable o cancerígeno.
“Los incendios industriales son escenarios vivos, impredecibles y letales. Apagar no
es suficiente. Hay que anticipar, contener, neutralizar y coordinar con múltiples
entidades”, advierte Carolina López Pérez, gerente técnica de SACS Group para
Latinoamérica.
Cabe señalar que el 2024 fue un año crítico para Colombia. Solo en incendios forestales se
reportaron 6.293 emergencias que afectaron más de 216.000 hectáreas. En cuanto a
incendios industriales, aunque no existe una estadística nacional consolidada, algunos
datos regionales permiten dimensionar la gravedad:
● En el sector industrial de Santa Fe (Bogotá), entre 2014 y 2022 se documentaron 17
incendios estructurales, el 70 % en horario de alta operación (entre 12:00 y 23:59).
● En la región Caribe, Barranquilla ha sido epicentro de varios incendios industriales,
incluyendo la explosión de tanques de gasolina en 2022, que dejó un saldo fatal y
daños millonarios.
● Solo en el primer semestre de 2024, se reportaron 13 incendios activos en Tolima y
más de 10.000 hectáreas consumidas, mientras que Vichada lideró el ranking con
177 incendios y 30.000 hectáreas destruidas.
A esto se suma que 28 de 32 departamentos estuvieron en alerta roja por condiciones
propicias para incendios y más de 950 municipios reportaron focos activos durante la
temporada seca.
Según estimaciones del Insurance Information Institute, el costo promedio de un incendio
industrial oscila entre US $5 y US $10 millones por incidente, sin contar impactos
ambientales o humanos.
Para enfrentar esta realidad, SACS Group, con más de 24 años de experiencia en gestión
del riesgo, lidera la formación técnica de bomberos y brigadistas especializados en América
Latina. En alianza con el Texas A&M Engineering Extension Service (TEEX), desarrolla
programas de certificación internacional que entrenan a los participantes para actuar con
solvencia en incendios industriales, rescates complejos y manejo de materiales peligrosos.
Del 11 al 15 de agosto, Cartagena será sede de la Escuela 59, un espacio de formación
intensiva en condiciones reales. Más de 15 países estarán representados. Los cursos
incluyen fuego vivo, uso de espuma para hidrocarburos, rescate técnico en estructuras
colapsadas, atmósferas tóxicas y tácticas para espacios confinados.
Cada formación cuenta con doble certificación (SACS – TEEX) y está alineada con los
estándares de la National Fire Protection Association (NFPA). Los egresados están
capacitados para responder en refinerías, puertos, aeropuertos y plantas de alto riesgo.
“No se trata solo de actuar. Se trata de saber actuar, con criterio, con
conocimiento técnico, y con la capacidad de liderar una emergencia que puede
salirse de control en segundos”, concluye Carolina López.
En un país donde el fuego ya no distingue entre lo urbano y lo industrial, preparar a quienes
lo enfrentan con rigor técnico es una necesidad urgente, no una opción.
Acerca de SACS Group
Con más de 24 años de experiencia, SACS Group es especialista en gestión integral del riesgo,
ofreciendo soluciones de planeación, capacitación y respuesta ante emergencias en sectores de alto
riesgo. Cuenta con el único centro de entrenamiento en su tipo en Colombia y buena parte de
Latinoamérica. Gracias a su alianza con Texas A&M University, certifica sus programas
internacionales y lidera iniciativas como la “Escuela 59 para bomberos en español 2025”, realizada
en Cartagena.