Colombia-2025. Recibir un diagnóstico de cáncer en edad fértil trae, además de la preocupación inmediata por la salud, una cuestión muchas veces descuidada: la incertidumbre de realizar el sueño de la maternidad en el futuro.
Según el Instituto Nacional de Cancerología (INC), en Colombia, anualmente se registran cerca de 9.873 casos nuevos de cáncer de mama, lo que dimensiona la población en riesgo.
Los tratamientos contra el cáncer en las mujeres, como la quimioterapia y la radioterapia, pueden afectar directamente los ovarios, reduciendo la reserva de óvulos y comprometiendo de forma definitiva la fertilidad. Por eso, el tiempo es un factor decisivo.
La congelación de óvulos, cuando se decide realizarla antes del tratamiento oncológico, es hoy la técnica más utilizada para preservar la fertilidad femenina, pero requiere hasta 14 días de preparación antes del inicio de la terapia.
Esto obliga a pacientes y equipos médicos a tomar decisiones rápidamente tras el diagnóstico, evaluando si es posible retrasar el tratamiento contra el cáncer para realizar los procedimientos de preservación de la fertilidad.
Una alternativa, ya disponible en clínicas de fertilidad en Colombia, es la congelación de tejido ovárico, un procedimiento en el que fragmentos del ovario son removidos y congelados antes del tratamiento oncológico.
Posteriormente, este tejido puede ser reimplantado, permitiendo la restauración de la función ovárica y, en algunos casos, incluso la ocurrencia de gestación natural. La técnica amplía las posibilidades de preservación de la fertilidad para mujeres en edad reproductiva, especialmente aquellas que necesitan iniciar rápidamente la quimioterapia o radioterapia.
Además de las estrategias de preservación de la fertilidad, los propios avances en el tratamiento del cáncer también han contribuido a transformar este escenario. La evolución de la oncología de precisión ha permitido terapias más eficaces y menos agresivas, que reducen los impactos sobre los ovarios y amplían las posibilidades de maternidad tras el tratamiento.
Tecnologías como pruebas genómicas y paneles de biomarcadores por secuenciación de nueva generación (NGS) ayudan a los médicos a comprender el perfil molecular de cada tumor y a recomendar terapias más personalizadas. Con esto, es posible alcanzar mejores resultados clínicos, más calidad de vida y nuevas perspectivas de futuro para las pacientes, incluyendo el sueño de ser madre.
Estudios recientes también refuerzan que quedar embarazada tras el cáncer no solo es posible, sino que puede traer beneficios adicionales a la salud. Una investigación publicada en el Journal of Clinical Oncology mostró que las mujeres que quedaron embarazadas tras el tratamiento de cáncer de mama presentaron mayor tiempo de supervivencia en comparación con las que no quedaron embarazadas, alejando de una vez por todas el temor de que la gestación aumentaría el riesgo de recurrencia de la enfermedad.
“Al integrar soluciones de oncología de precisión y salud reproductiva, conseguimos apoyar a médicos y pacientes en decisiones rápidas y precisas. Esto significa mirar más allá del diagnóstico inmediato, preservando no solo la vida, sino también la calidad de vida y los proyectos futuros de las mujeres”, afirma Susana Rasmussen, Sr Technical Sales Specialist de Thermo Fisher Scientific.
Durante el Octubre Rosa, mes dedicado a la salud femenina y a la concienciación sobre el cáncer de mama, el debate sobre oncofertilidad cobra aún más relevancia. Más que vencer la enfermedad, las mujeres pueden hoy vislumbrar un futuro con calidad de vida, en el que el sueño de la maternidad sigue siendo posible gracias a la medicina personalizada y a las nuevas tecnologías genéticas.
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