Bogotá, abril de 2025. La falsificación de productos se ha convertido en un problema cada
vez más común, especialmente con el crecimiento de las compras por internet. Más allá de
ser un delito económico, afecta directamente la confianza de los consumidores y daña la
reputación de las marcas que la gente prefiere. Según datos de la OCDE y la EUIPO
(Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea), los productos falsificados
representan aproximadamente el 3.5% del comercio mundial, lo que demuestra la magnitud
de este fenómeno a nivel global.
El impacto va más allá del bolsillo. Cuando una persona compra un producto falsificado, su
experiencia con la marca suele ser negativa. Según el estudio de la OCDE, este tipo de
compras puede reducir la percepción de valor de una marca hasta en un 300%. Lo más
preocupante: muchas veces, es difícil notar la diferencia entre un producto original y uno
falso, sobre todo si la imitación es muy parecida.
Frente a este panorama, los expertos de Cadena comparten tres recomendaciones clave
para que los consumidores puedan identificar productos auténticos y tomar decisiones de
compra más seguras:
● Fijarse en las etiquetas de seguridad avanzadas
Los productos originales suelen incorporar elementos como hologramas, códigos QR
únicos, tintas invisibles o tecnologías NFC que ayudan a verificar su autenticidad. Si
el empaque luce sospechoso, no trae información clara o el diseño parece genérico,
es mejor desconfiar.
● Revisar el origen del producto
Averiguar de dónde viene lo que compras es clave. Las marcas responsables llevan
un control riguroso de todo el proceso, desde la fabricación hasta la tienda. Comprar
en sitios oficiales o autorizados es una forma sencilla de evitar sorpresas
desagradables.
● Informarse y compartir la información
Muchos consumidores no saben que están comprando falsificaciones. Por eso, es
importante educarse, aprender a identificar productos auténticos y compartir esa
información con amigos y familiares. Entre todos podemos crear una cultura de
consumo más consciente y responsable.
En este contexto, algunas compañías colombianas han venido desarrollando soluciones
tecnológicas que permiten a las marcas fortalecer la autenticidad de sus productos. Una de
ellas es Cadena, que desde hace varios años trabaja con sectores sensibles como el de
licores, alimentos, cosméticos e industria química, integrando elementos de seguridad física
y digital en etiquetas autoadhesivas. Tecnologías como hologramas, tintas invisibles o
códigos únicos se han convertido en herramientas efectivas para prevenir el fraude, mejorar
la trazabilidad y brindar mayor confianza en el proceso de compra.