Bogotá, 31 de julio 2025. En el marco de la Semana Mundial de la Lactancia Materna, se
hace necesario reflexionar sobre el impacto de esta práctica natural, poderosa y
transformadora, no solo en la salud del bebé, sino también en la madre, la familia y la
sociedad.
La lactancia materna no es solo la forma más completa de alimentación en los primeros
meses de vida, también es un vehículo para fortalecer el vínculo entre madre e hijo,
contribuir al desarrollo cognitivo y emocional del bebé, y mejorar la salud física y emocional
de la madre. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la leche materna debe ser
el alimento exclusivo durante los primeros seis meses de vida, y puede mantenerse como
complemento hasta los dos años o más.
“La lactancia materna fortalece el sistema inmunológico del bebé desde el primer momento.
El calostro, esa primera leche que produce la madre, es como una vacuna natural que lo
protege de enfermedades gastrointestinales e infecciones respiratorias”, afirma Jeniffer
Rodríguez Maldonado, Jefe de Núcleo de Centros Médicos Colsanitas, enfermera
profesional y magíster en salud pública.
La leche materna es un alimento estéril, económico, disponible en todo momento y a libre
demanda, lo que representa una ventaja significativa frente a las fórmulas artificiales, tanto
por su impacto en la economía familiar como por su contribución al medio ambiente.
La lactancia es también el primer contacto piel a piel que permite al recién nacido
experimentar el sentido del gusto, estimular su desarrollo físico y emocional, y dar los
primeros pasos en el lenguaje a través del acto de succión. Este esfuerzo motor que realiza
el bebé fortalece su musculatura oral, lo cual incide en habilidades futuras como la
masticación y el habla.
“Desde el momento en que el bebé se aferra al pecho, se inicia una conexión única. La
lactancia no solo alimenta el cuerpo, sino también el alma, brindando seguridad, apego y
amor”, explica Rodríguez.
Además, durante la lactancia, el cuerpo de la madre libera oxitocina, una hormona que
favorece la contracción del útero y reduce el sangrado postparto, ayudando a una mejor
recuperación y además contribuye a la pérdida de peso natural tras el embarazo.
Desde los Centros Médicos Colsanitas, se trabaja de manera integral para apoyar a las
madres en todas las etapas: preconcepción, embarazo, parto y posparto. Este
acompañamiento incluye talleres grupales, consultas individuales y espacios
psicoprofilácticos, todos orientados a brindar información clara y práctica para una lactancia
exitosa.
“Nuestro rol como profesionales de la salud es estar cerca de las madres, escuchar sus
dudas y acompañarlas en el proceso. A veces damos por sentado que todas saben cómo
lactar, pero la realidad es que muchas enfrentan dificultades y necesitan apoyo”, destaca
Rodríguez.
Los cursos y talleres, que también involucran a las familias y redes de apoyo, abordan
aspectos fisiológicos como el desarrollo de los senos y el cambio de color del pezón,
técnicos como el agarre correcto del bebé y sociales derribando mitos y promoviendo el
papel de la pareja y la familia en la lactancia.