Latinoamérica, abril de 2025. Si hay una característica que diferencia a las fintech
y startups latinas nivel general, y en la que coinciden diversos expertos del
ecosistema, es su adaptabilidad y capacidad de perseverancia ante el caos.
Muestra de esto fue la pandemia provocada por el Covid-19, que a pesar de su
impacto global en la economía, provocó cifras récord en los emprendimientos
tecnológicos de Latinoamérica.
Según PitchBook, en 2021 la región atrajo cerca de US$25 mil millones en
inversiones -igualando en un año el total de la década anterior- destacando dicha
capacidad de las startups latinas de enfrentar las crisis.
“Las fintech latinas no están copiando y pegando modelos. Están construyendo
desde la realidad de la región, con soluciones más ágiles, más centradas en el
usuario y con una capacidad de adaptación brutal. Es una forma de innovar que
nace de la necesidad y del ingenio”, afirma Andrés Cano, cofundador de Pygma,
aceleradora de fintech basada en Estados Unidos que entrega mentorías y
acompañamiento a emprendedores latinoamericanos para ayudarlos a escalar sus
startups a nivel global.
Esa misma capacidad de adaptación se vuelve a poner a prueba en el escenario
actual, marcado por nuevas tensiones comerciales como el reciente aumento
arancelario de Estados Unidos, que ha generado incertidumbre en los mercados e
inversionistas. Sin embargo, lejos de retroceder, las fintech latinas están
respondiendo con mentalidad estratégica. “Hemos evidenciado que para sortear
este panorama, las fintech no están replicando modelos tradicionales; por el
contrario, están adoptando una mentalidad de adaptación constante y construcción
inteligente, demostrando que incluso en contextos de alta volatilidad se puede
innovar y crecer”, sostiene Cano.
En esta nueva fase de reconfiguración económica global, la mirada de los
inversionistas se ha redirigido hacia soluciones con impacto tangible y modelos de
negocio sostenibles.”Las fintech que logran levantar capital hoy no son las que
tienen más usuarios, sino las que entienden profundamente el problema que
resuelven, muestran tracción real y construyen desde el día uno con foco en
sostenibilidad. El dinero sigue estando, pero ahora se exige mucha más claridad y
eficiencia desde etapas muy tempranas”.
Entre las más atractivas destacan las fintech que operan bajo esquemas de
expansión asset-light —modelos que permiten crecer con poca inversión en activos
físicos, apalancándose en licencias, integraciones y alianzas estratégicas, así lo
aseguran los expertos de la aceleradora.
Asimismo, un estudio de Ernst & Young (EY) reveló que las compañías que adoptan
estrategias asset-light generan retornos totales para los accionistas hasta cuatro
puntos porcentuales superiores en comparación con aquellas que se expanden
mediante activos fijos (asset-heavy).
“Estamos viendo fintech que, en lugar de abrir oficinas o levantar rondas gigantes,
se expanden a través de APIs, integraciones y partnerships estratégicos con players
locales en otros países. También hay un nuevo interés en formar hubs regionales de
colaboración entre fintech que comparten ADN, lo que permite crecer más rápido y
con menos riesgo”, menciona Cano.
Junto a eso, el experto plantea que han visto que las fintech que adoptan una
mentalidad de producto (más allá de solo adquirir nuevos usuarios) son las que
logran sobrevivir y crecer. “Los inversionistas están empezando a valorar equipos
que entienden profundamente el problema que resuelven, tienen modelos
sostenibles desde el día uno, y pueden construir con poco capital. El dinero sigue
ahí, pero ahora se exige mucho más foco, claridad y tracción desde etapas muy
tempranas”.
A pesar de los riesgos políticos y económicos persistentes, el ecosistema fintech
latinoamericano continúa demostrando resiliencia y creatividad. Apostar por priorizar
el desarrollo de producto por encima de la simple adquisición de usuarios y los
modelos de expansión “asset-light”, son algunas de las recomendaciones a seguir.