Bogotá, diciembre de 2025. En 2035, la humanidad podría interactuar con hasta 900.000 millones de inteligencias artificiales, las redes deberán multiplicar por 100 su capacidad actual y el cómputo global aumentará 100.000 veces: ese es el escenario que plantea el nuevo informe Global Industry Vision (GIV) 2035 de Huawei, un documento de prospectiva que dibuja la arquitectura tecnológica que transformará la economía y la vida cotidiana en la próxima década.
David Wang, director ejecutivo de la junta de Huawei, explica la magnitud del cambio: “A medida que los grandes modelos crecen, los agentes de IA comprenderán mejor el mundo físico. En los próximos 10 años pasarán de ser herramientas a convertirse en socios para la toma de decisiones”, afirmó. Estos agentes, según el ejecutivo, impulsarán una transformación inteligente transversal en sectores clave como industria, salud, energía, movilidad y servicios públicos.
El punto de partida es la infraestructura digital. En países como Colombia, donde se superaron los 49 millones de accesos móviles a Internet, según cifras de MinTIC, la base tecnológica necesaria para soportar la próxima ola de aplicaciones de IA comienza a consolidarse. El informe de Huawei proyecta que la demanda global de almacenamiento crecerá 500 veces, y que la IA representará más del 70 % del almacenamiento total, obligando a rediseñar arquitecturas completas de datos.
Hay ejemplos locales de esa demanda creciente: a la luz de episodios recientes de ataques automatizados, impulsados por algoritmos, el país ha comenzado a repensar sus servicios financieros con IA y hoy, según la encuesta “Ciberseguridad 2025: Desafíos y estrategias en la era de la IA para grandes empresas” de Microsoft, el 57 % de las compañías usa agentes de IA agéntica en materia de ciberseguridad.
Huawei prevé que para 2035 más del 85 % de las empresas en todo el mundo emplearán IA de manera profunda en sus procesos productivos, lo que podría elevar la productividad en 60 % y reducir errores industriales a niveles cercanos al 0,05 %. Es una cifra llena de promesa para Colombia, donde hoy, según el informe 'Inteligencia Artificial y la empleabilidad del futuro', de la consultora GAD3 y la red Planeta Formación y Universidades, un 47 % de los directivos y un 42 % de los trabajadores identifican a la IA como una herramienta útil para optimizar procesos.
En paralelo, el GIV 2035 plantea tres rutas posibles hacia la inteligencia artificial general (AGI): una continuidad de los modelos actuales, la irrupción de nuevas arquitecturas o un escenario de estancamiento en el que la IA se utilice principalmente para optimizar costos.
El impacto social también será profundo. En un mundo con 1.100 millones de personas mayores de 65 años, de acuerdo a las proyecciones de población de la ONU, la IA permitirá pasar de “curar enfermedades” a gestionar la salud de por vida mediante predicción, prevención y monitoreo continuo. El informe proyecta que en países como China más del 90 % de los hogares contará con robots inteligentes para acompañamiento emocional y tareas domésticas, mientras que los sistemas de transporte conectados permitirán escenarios de congestión cero en las grandes ciudades.
Huawei resume este cambio en 10 grandes saltos tecnológicos que definirán la próxima década:
- Pasar al mundo físico: IA capaz de percibir y actuar en tiempo real para acercarse a la AGI.
- Agentes de IA en la industria: sistemas que evolucionan de asistentes a colaboradores para decisiones complejas.
- Programación humano–IA: la ingeniería de software se vuelve cooperativa; la IA ejecuta, el humano diseña y gobierna.
- Evolución dimensional: entornos 3D creados con la facilidad con la que hoy se genera una imagen.
- Internet móvil multiagente: apps que interactúan entre sí; interfaces basadas en gestos, mirada, postura y lenguaje natural.
- IA corpórea: robots y dispositivos físicos con percepción, cómputo, motores y redes integradas.
- Demanda ilimitada de cómputo: modelos de un billón de parámetros exigiendo centros de datos de nueva generación.
- Datos como inteligencia: sistemas que aprenden del entorno y evolucionan por sí mismos.
- Internet agéntica: robots, vehículos y drones comunicándose a velocidades superiores a las interacciones humanas.
- Tokenización de la energía: redes energéticas inteligentes que gestionan cada watt en tiempo real mediante IoT y blockchain.
Colombia no es ajena a esta visión. Aunque pueden parecer lejanos a primera vista, lo cierto es que en el país toman fuerza programas de automatización inteligente; operan plataformas multiagente y el país avanza hacia un marco moderno y habilitante para la Inteligencia Artificial, tanto desde lo tecnológico y regulatorio, como desde lo cultural y lo ético.
Cada vez más compañías, en especial en sectores como logística, retail, gestión de activos y hasta la industria manufacturera hallan a diario aplicaciones prácticas para la IA agéntica y en el Congreso, así como en el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, avanzan proyectos para regular la IA de forma responsable.
David Wang concluye con un mensaje que funciona como un llamado global:
“El GIV 2035 es una invitación a que gobiernos, empresas y sociedades inviertan estratégicamente en infraestructura digital, talento y regulación, para que esta convergencia tecnológica sin precedentes se traduzca en calidad de vida y en una sociedad más eficiente y humanizada”.
