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¿Por qué coleccionamos objetos? El arte de darle valor al tiempo, a los recuerdos y a las piezas icónicas

5 de junio de 2025 por
¿Por qué coleccionamos objetos? El arte de darle valor al tiempo, a  los recuerdos y a las piezas icónicas
ACIS

Bogotá, mayo de 2025 - Desde tiempos antiguos, coleccionar ha sido una actividad que

va más allá del simple gusto por acumular objetos. Es un reflejo de nuestra historia

personal, de nuestras emociones y de la manera en que nos relacionamos con el mundo

que nos rodea. En una sociedad donde lo inmediato y lo desechable parecen dominar,

el acto de reunir y preservar piezas seleccionadas con cuidado se convierte en un ritual

que habla de quiénes somos y de lo que valoramos.

1. Coleccionar es conservar una parte de nosotros mismos

En muchas casas colombianas aún se guardan objetos que hablan del paso del tiempo:

postales amarillentas, radios antiguas, maletas de cuero o relojes que acompañaron

generaciones. Coleccionar es, en esencia, una forma de conservar recuerdos y

fragmentos de identidad en un mundo que avanza a gran velocidad.

Quienes recibieron su primer reloj G-SHOCK como un regalo de infancia o adolescencia,

probablemente aún lo guardan, porque representa un momento especial, una persona o

una etapa de la vida. Estos relojes no solo marcaron la hora, sino también historias

personales. Conservarlos es una manera de mantener vivos esos capítulos del pasado

que siguen siendo significativos.

En ciudades como Bogotá o Medellín, no es raro encontrar ferias retro donde cada vinilo

o cámara análoga tiene una historia que trasciende su función. Son testigos silenciosos

de épocas pasadas que siguen presentes en la memoria colectiva.


2. Nos conecta con la belleza de lo que permanece

En un mundo diseñado para lo fugaz, hay objetos que eligen quedarse. Con los años,

algunos diseños de caja exclusivos han evolucionado, marcando la pauta e inspirando

las creaciones audaces y vanguardistas de la actualidad. La serie Iconic Styles de G-

SHOCK nace de esa premisa: reeditar lo clásico no es mirar atrás, sino traer al presente

aquello que ha demostrado resistir el paso del tiempo. Los modelos de esta serie

reproducen fielmente el esquema de colores originales: el rojo, que representa la pasión

por asumir desafíos; azul, que simboliza una excelente resistencia al agua; y amarillo,

que significa la resistencia absoluta a impactos. Modelos como el DW-5600RL-1 o el

DW-6900RL-1 no solo recuperan la estética de los relojes originales de los años 80 y 90,

sino que le hablan a una generación que encuentra valor en lo auténtico, lo sostenible,

lo duradero, lo que ya ha sido probado por el tiempo.


Cada pieza de esta colección combina la herencia de diseño con detalles modernos

como el GA-2100RL-1A con su estructura de carbono (Carbon Core Guard) o el GA-

110RL-1A con su correa de resina de base biológica pensados para quienes no solo usan

un reloj, sino que lo reconocen como parte de su historia. Para coleccionistas y

nostálgicos, estas ediciones representan más que relojes: son cápsulas del tiempo con

una nueva vida.

Lo mismo ocurre con objetos como la maleta ABC, recordada por muchos en Colombia

como símbolo de los años escolares. Hoy, esas maletas son piezas buscadas por su

estética robusta, su funcionalidad y por la carga emocional que evocan. Porque lo

verdaderamente icónico no desaparece, solo encuentra nuevas formas de volver.

3. Atesorar es construir un refugio emocional

Coleccionar es mucho más que reunir objetos: es una forma de darle orden al mundo

desde lo íntimo. En un contexto donde todo cambia con rapidez, armar una colección

puede sentirse como un gesto de resistencia. No por nostalgia vacía, sino por la

necesidad de preservar aquello que nos conmueve, que nos ancla a lo esencial.

Pensar en colecciones famosas como la de Tom Hanks y sus máquinas de escribir, cada

una con una historia distinta, o la de la familia Guinness y su inabarcable colección de

cervezas del mundo. No es la cantidad lo que define a un coleccionista, sino la intención.

A veces, tres objetos cuidadosamente elegidos —un libro firmado, una figura

heredada— bastan para construir un universo personal.

Estas colecciones se convierten en refugios emocionales. Organizarlos, buscarlos,

incluso solo mirarlos, puede generar una sensación de calma, orgullo o alegría difícil de

encontrar en otras formas de consumo.

4. Porque lo icónico merece ser contado

Algunos objetos trascienden su funcionalidad para convertirse en símbolos culturales. Y

coleccionarlos es una forma de rendir homenaje a su impacto. Los casetes de los años

90, los primeros modelos de Lego o los relojes resistentes de los 80 no son solo

productos: son íconos de una generación.

“Cuando un coleccionista elige un reloj de la serie Iconic Styles no solo está adquiriendo

una pieza de ingeniería, sino reviviendo una historia. Cada reedición es una forma de honrar

nuestra trayectoria y acompañar nuevas generaciones que también buscan marcar el

tiempo con significado.”, señala Thiago Nadotti, Assistant Marketing Manager de Casio

para América Latina.

Más que acumular cosas, coleccionar es una declaración silenciosa. Un gesto de amor

por la memoria, la estética, las historias que no queremos dejar ir. Y tal vez ahí esté su

mayor poder: en recordar que lo esencial no siempre es lo nuevo, sino aquello que

supimos conservar.

¿Por qué coleccionamos objetos? El arte de darle valor al tiempo, a  los recuerdos y a las piezas icónicas
ACIS 5 de junio de 2025
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