Colombia. Julio 2025. En un país donde más del 90 % de las unidades
productivas corresponden a micro, pequeñas y medianas empresas, según cifras
del DANE, hablar de transformación digital no puede ser sinónimo de exclusión.
Desde la tienda de Don Leo hasta el emprendimiento de Luz Dary, hay miles de
historias que sostienen la economía real, la de los barrios, las familias y los
sueños que madrugan todos los días.
Sin embargo, para muchos de estos negocios, la digitalización sigue siendo un
terreno difícil de transitar. Trámites engorrosos, plataformas complejas y
exigencias normativas que parecen hablar en otro idioma son barreras que
impiden avanzar.
Facturatech, empresa del sector TIC especializada en soluciones de facturación
electrónica, ha apostado por cambiar esta realidad con una visión clara: llevar la
tecnología al servicio de lo humano. No solo han democratizado el acceso a
herramientas digitales, sino que han construido un ecosistema donde pequeños
negocios, comerciantes y emprendedores pueden convertirse en protagonistas de
su propio crecimiento.
“No se trata solo de cumplir con la DIAN o emitir una factura. Se trata de
devolverle al pequeño negocio el control de su tiempo, su tranquilidad y su poder
de decisión. Cuando la tecnología se pone al servicio de las personas, se
convierte en aliada del desarrollo, de la autonomía y de la dignidad”, afirma Caren
Contreras, gerente de marca y experiencia de Facturatech.
Con un modelo único de inversión y distribución, la empresa ha desarrollado
oportunidades reales para que cualquier persona y desde cualquier rincón del
país, pueda convertirse en distribuidor autorizado. Más allá del negocio, brinda
formación constante, acompañamiento y respaldo a cada nuevo emprendedor,
permitiéndoles crecer, generar ingresos y convertirse en agentes de cambio en
sus comunidades.
Así, facturar ya no es una carga, sino una puerta que se abre: a la formalización,
al orden, a la tranquilidad y al emprendimiento. Una herramienta que transforma el
miedo en oportunidad y que fortalece no solo negocios, sino también hogares y
territorios.