● Nuevas herramientas de escaneo permiten tomar decisiones más certeras y reducir la
incertidumbre en campañas de exploración.
En un contexto donde la eficiencia y precisión son esenciales para la exploración minera,
nuevas metodologías están permitiendo a geólogos e ingenieros tomar decisiones clave en
tiempo real, sin tener que esperar días o semanas por resultados de laboratorio. El escaneo
de testigos directamente en terreno, con resultados disponibles en 24 horas, se perfila como
una alternativa cada vez más adoptada para mejorar la clasificación de materiales y ajustar
los programas de perforación.
Este tipo de sistema ha sido diseñado por Veracio, empresa que ha desarrollado una
solución capaz de capturar y procesar datos físicos de cada muestra mientras se realiza la
perforación, con el objetivo de mejorar las decisiones de campo mediante información de
alta resolución y validada el mismo día.
Tradicionalmente, el registro de testigos de sondajes se ha basado en observaciones
visuales y anotaciones manuales. Sin embargo, estos métodos dependen de la
interpretación individual y muchas veces no pueden verificarse una vez que las muestras
han sido divididas o cortadas. En contraste, este sistema genera un gemelo digital de cada
muestra, lo que permite comparaciones estandarizadas entre campañas, equipos y turnos y
reduce la subjetividad en la interpretación.
El procedimiento desarrollado por Veracio combina tres tipos de datos: geoquímica
mediante fluorescencia de rayos X (XRF), imágenes hiperespectrales y fotografías de alta
resolución. Toda la información se recolecta bajo estrictos protocolos de control de calidad y
se entrega el mismo día, lo que permite actualizar los planes de perforación en cuestión de
horas.
“Esto permite definir con mayor claridad si se está acercando o alejando de una zona de
interés y si conviene seguir perforando o redirigir los esfuerzos”, explica Laura Jennings,
geocientífica de Veracio, que ha implementado esta metodología en distintos proyectos.
La tecnología ya ha sido utilizada en faenas como la mina Red Chris (ubicada en la
Columbia Británica, Canadá) y el yacimiento Havieron (situado en el estado de Australia
Occidental), donde ayudó a mejorar la definición de objetivos y a resolver inconsistencias en
zonas de alteración previamente mal clasificadas. Durante una campaña en Red Chris, se
analizaron más de 4.000 metros de testigo en menos de tres semanas, con un tiempo de
procesamiento menor a 24 horas por muestra. En Havieron, el sistema ayudó a reducir la
incertidumbre sobre los controles de mineralización al facilitar una reclasificación más
precisa del terreno perforado.
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“El objetivo es perforar todos los orificios que deben hacerse y ninguno que no sea
necesario”, sintetiza Jennings. Además de su valor inmediato para la toma de decisiones en
exploración, esta técnica refuerza la planificación minera, mejora la consistencia en el
registro y reduce la necesidad de ensayos de laboratorio. Al contar con datos digitalizados,
auditables y accesibles, disminuyen también los requerimientos de almacenamiento físico
de muestras y se fortalecen las bases para el conocimiento geológico acumulativo.
Otro aspecto relevante es su aporte a la sostenibilidad. Una clasificación más precisa del
material reduce el uso de energía y agua en las etapas posteriores del proceso minero. La
información generada, además, es compatible con herramientas de planificación y modelos
predictivos y no depende de algoritmos cerrados ni de resultados opacos, facilitando su
integración a la operación diaria.
“El acto de minar es, en el fondo, convertir una masa heterogénea de roca en una mezcla
perfecta que la planta pueda procesar con la mayor eficiencia posible”, concluye Jennings.
En esa tarea, contar con datos confiables en el mismo turno podría estar marcando una
nueva etapa en la exploración minera.