La metodología innovadora de producción de empanadas artesanales que permite crecer a Colombia, según el emprendedor Diego Lanci

Cuando Diego Lanci le contó a su esposa sobre su sueño —producir empanadas “artesanales a gran escala” sin perder el sabor de casa— pocos imaginaron que EMPANET se convertiría, en apenas tres años, en un referente de la categoría en el mercado hispano en Estados Unidos. Hoy, con más de ochenta puntos de venta, distribución en Florida y Georgia, y presencia en plataformas como Uber Eats, DoorDash y Grubhub, la compañía supera el cuarto de millón de dólares en ventas anuales y ostenta el reconocimiento Best of Business Rate como fabricante de alimentos, prueba de una reputación ganada con disciplina operativa e innovación. La propuesta de Lanci parte de una convicción simple, por eso desarrolló una metodología industrial que traslada técnicas caseras a un entorno controlado y repetible: amasado, relleno, sellado y congelado rápido, respaldados por HACCP, trazabilidad por lote y cumplimiento regulatorio de la FDA. El resultado son empanadas ready-to-bake/air-fry pensadas para el hogar moderno. Ese know-how no se quedó en la planta. Con la publicación de Metodología para la Producción Especializada de Empanadas Artesanales a Gran Escala y de la Guía para el Éxito en el Mercado Nostálgico Hispano de Alimentos en Estados Unidos —disponibles en Amazon, Barnes & Noble y Apple Books— Lanci convirtió su experiencia en un paso a paso replicable para emprendedores latinoamericanos. La Guía traduce el poder de la nostalgia en un plan de negocios accionable que incluye un paso a paso de “preparación exportadora”, requisitos y rutas de entrada, entre otras herramientas realmente útiles para el emprendedor de hoy. El impacto en Colombia es evidente. El país cuenta con un tejido de 5,19 millones de micronegocios; dentro de ellos, panaderías y tiendas de barrio —donde la empanada es protagonista. Una porción importante opera con altos niveles de informalidad, lo que limita acceso a crédito, certificaciones y exportación. Las herramientas de Lanci atacan ese cuello de botella con una secuencia clara: formalización, documentación técnica, etiquetado en inglés, registro de instalaciones ante FDA, notificación previa y controles preventivos. Allí se abre una oportunidad concreta: si de ese universo de panaderías y tiendas entre 20% y 40% elabora o vende empanadas sin cárnicos (queso, papa, yuca, vegetales, dulce), entonces entre 109.000 y 219.000 micronegocios podrían beneficiarse de la exportación tras formalizarse y cumplir los requisitos sanitarios y de etiquetado. El mercado acompaña. En Estados Unidos viven más de 65 millones de hispanos, con fuerte concentración de colombianos en Florida, Nueva York, Nueva Jersey, Texas y California, corredores que facilitan pilotos regionales, activaciones en góndolas étnicas y acuerdos con distribuidores especializados. La empanada, por su naturaleza conveniente y su preparación rápida en horno de aire, conecta tanto con la diáspora como con consumidores no hispanos que buscan sabores auténticos listos para hornear. En ese terreno, EMPANET pasó de US$22.500 en 2023 a US$110.000 en 2024, casi 5X de crecimiento, gracias a una mezcla de diseño de línea semiautomatizada, escalabilidad y lectura fina de tendencias. La historia de Lanci ayuda a explicar la ambición del proyecto. Nacido en Buenos Aires, formado en Economía y especializado como Brewmaster y Barman en el INTI, dirigió ANOXIDE y emprendió en librería y gastronomía antes de mudarse a Estados Unidos en 2017 para fundar Lanci Holding. De allí nació EMPANET Empanadas Express, instalada en Tampa, que hoy opera con estándares de fábrica de clase mundial y, en paralelo, acompaña a pymes de la región con una metodología que ya mejoró productividad y, en varios casos, duplicó la capacidad diaria de pequeños productores en Suramérica. Su objetivo es práctico: llevar la empanada de la mesa familiar a supermercados y restaurantes sin perder identidad ni confiabilidad técnica. “El mercado de la nostalgia es enorme, pero no se conquista con discursos: se gana con procesos, evidencia y cumplimiento”, insiste Lanci. Por eso su propuesta combina dos carriles: exportar desde Colombia las líneas sin cárnicos —con todos los requisitos FDA al día— y producir en EE. UU. las variantes con carne, bajo USDA, cuando la estrategia comercial lo amerite. En ambos casos, el hilo conductor es el mismo: recetas auténticas, documentación impecable y una operación que inspire confianza certificada a compradores profesionales. Así, la trayectoria de EMPANET y las obras de Diego Lanci funcionan como un puente entre identidad y competitividad. Para Colombia, su enfoque ofrece una ruta concreta para transformar miles de negocios de barrio en operaciones exportables, capaces de abastecer el mercado doméstico y dar el salto a Estados Unidos. Si cada empanada logra conservar “el sabor de su origen” y, al mismo tiempo, la seguridad y la escala que exige el siglo XXI, gana el emprendedor, gana el consumidor y gana la economía que los contiene.Empiece a escribir aquí...