La irrupción de la Inteligencia Artificial ha abierto un debate que antes parecía ciencia ficción: ¿puede una máquina reemplazar la creatividad humana? En un entorno donde las marcas ya están produciendo contenidos generados por IA para optimizar costos y tiempos, la conversación se vuelve urgente.
Diana Triana, Chief Creative Officer en Dentsu, y Lina Camargo, Directora Creativa de Dentsu, reflexionan sobre este choque —y posible sinergia— entre la inteligencia humana y la artificial, a propósito de los hallazgos del CMO Report 2025 de Dentsu.
Diana, ¿por qué crees que la conversación sobre creatividad e Inteligencia Artificial está más vigente que nunca?
Porque estamos frente a una tensión real. Durante años la creatividad humana fue el estandarte de las marcas, pero hoy la IA está produciendo contenidos con una calidad que sorprende. Las empresas están viendo una oportunidad de eficiencia, pero también un riesgo de perder la voz y el alma de sus marcas.
Lina, desde la perspectiva creativa, ¿qué hallazgos del CMO Report te parecieron más reveladores?
El informe muestra que el 30% de los CMOs ya utiliza IA en su flujo diario de trabajo, pero más del 65% considera que la creatividad generada por IA no logra capturar la voz de marca como lo hace un humano. Ese dato demuestra que la IA puede ser una herramienta muy poderosa, pero todavía no reemplaza la intuición, el contexto, la experiencia, ni la sensibilidad humana.
¿Entonces la IA nunca podrá ser creativa como los humanos?
Diana Triana: Esa fue justamente una de las preguntas que quise hacerle a una IA. Su respuesta fue que sí podía ser creativa, porque combinas referentes, explora posibilidades y rompe patrones. Pero también reconoció que carece de experiencia vital, propósito y contexto cultural.
Lina Camargo: Ahí está la clave. La IA puede crear, pero no siente. Puede producir algo funcional, incluso sorprendente, pero sin la emoción que conecta verdaderamente con las personas.
¿Qué opinan de que empresas como OpenAI estén contratando estrategas humanos de contenido?
Lina Camargo: Es una señal muy potente. Si la IA fuera completamente autosuficiente, no necesitaría a un estratega. Esa búsqueda demuestra que la calidad humana sigue siendo esencial, sobre todo en el diseño de narrativas.
Diana Triana: Exacto. La IA amplifica nuestras capacidades, pero no sustituye el juicio humano. Aun en la era de la automatización, las empresas siguen necesitando criterio, empatía y sentido cultural.
Diana, mencionas que le pediste a la IA que predijera los titulares de marketing del futuro. ¿Qué descubriste?
Fue fascinante. Propuso conceptos como publicidad holográfica emocional, creatividad cuántica o NFTs emocionales. Lo curioso es que todos esos titulares tienen un denominador común: la emoción. Es decir, la IA reconoce que lo emocional será el centro del futuro creativo.
¿Eso significa que la creatividad humana está a salvo?
Lina Camargo: Yo diría que está mutando. Los creativos que sepan usar la IA no como reemplazo u optimizador, sino como extensión de su pensamiento, serán los que definan la próxima era del marketing.
Diana Triana: Coincido. No se trata de resistirse, sino de evolucionar con propósito. Comprender que lo emocional será el pilar fundamental del futuro de la creatividad humana. Pero hay algo que la IA nos recuerda constantemente cuando pensamos en lo emocional: qué significa ser verdaderamente humanos.
¿A qué te refieres con lo verdaderamente humano?
Diana Triana: Le pregunté a la IA qué creía que era “la humanidad”, y me respondió con palabras como empatía, respeto, compasión, solidaridad y cuidado. Si lo piensas, son cualidades que a veces olvidamos practicar. Tal vez la IA no solo nos ayude a crear mejor, sino a recordar la humanidad que queremos ser.
Lina Camargo: La IA a partir de la información que tiene de los humanos tiene una idea de lo que es la humanidad -que no son lo mismo-. Puede mostrarnos lo que deberíamos ser para conectar realmente con las personas, con las marcas y con la sociedad.
Entonces, ¿la IA puede ser más humana que los humanos?
Diana Triana: Quizá no todavía, pero puede inspirarnos a serlo.