Bogotá, noviembre de 2025. Cuatro estudiantes del Colegio Los Nogales representaron a Bogotá en la final del IX Concurso Nacional de Programación, organizado por Fedesoft con el apoyo del Ministerio de Educación Nacional. El grupo, conformado por jóvenes de grado 11, clasificó segundo entre los 10 mejores equipos del país con TeCuidApp, una aplicación diseñada para prevenir la violencia de género a través de la tecnología.
La aplicación integra un mapa de zonas seguras, un botón de emergencia y un sistema de acompañamiento entre mujeres, promoviendo desplazamientos más seguros y redes de apoyo. El proyecto nació como respuesta a problemáticas como acoso callejero y robo en las calles y se diferencia de otras iniciativas digitales al enfocarse en la prevención, más que en la denuncia.
“Para mí ser parte de este proceso ha sido, la verdad, como un sueño hecho realidad. Uno como estudiante está en su propia burbuja, y saber que te puedes acercar a otras comunidades con temas que te apasionan, como a mí, que me apasiona la programación, ayudar a los demás y dar soluciones. Es poder contribuir con un granito de arena a una causa me parece impresionante”. Afirmó Una de las estudiantes desarrolladoras de TeCuidApp
Los estudiantes dedicaron muchas horas de su tiempo libre, y acompañados por la Dirección de Innovación Pedagógica del Colegio y su profesor de Física, desarrollaron la aplicación combinando conocimientos de programación, diseño de interfaz y análisis de datos. Además, realizaron un trabajo de campo para entender cómo las tecnologías pueden adaptarse a las necesidades de las comunidades urbanas, explorando alianzas con instancias ciudadanas que fortalezcan su impacto.
Uno de los mayores aprendizajes de la comunidad estudiantil ha sido ver en acción ese sí podemos de los estudiantes. Su empoderamiento, no solo como programadores sino como ciudadanos, demuestra que desde el aula pueden surgir soluciones con verdadero sentido social.
Para el colegio, este reconocimiento no solo evidencia el rigor académico de sus estudiantes, sino también el compromiso con formar líderes éticos capaces de usar la tecnología como herramienta para transformar su entorno. Más allá de ganar, esta experiencia demuestra que sí es posible transformar desde el salón de clase.