Colombia, mayo de 2025. La mala alimentación y la falta de hábitos saludables han dado paso
a una crisis silenciosa, pero preocupante en el ámbito de la salud pública. En Colombia, más
de un 60% de la población presenta sobrepeso u obesidad, una problemática reconocida a
nivel mundial por su estrecha relación con enfermedades crónicas como diabetes,
hipertensión, afecciones cardiovasculares, respiratorias, cognitivas y algunos tipos de cáncer.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), a nivel mundial más de 2.500 millones de
adultos presentan sobrepeso, mientras que 890 millones padecen obesidad.
El panorama es aún más preocupante cuando se observa el impacto que tiene en la población
infantil. Más de 390 millones de niños y adolescentes entre los 5 y 19 años presentan
sobrepeso, y de estos, 160 millones ya padecen de obesidad. En Colombia, esta situación
también afecta a niños y adolescentes, comprometiendo de este modo su desarrollo físico,
intelectual y emocional. Las cifras son contundentes: el 75 % de las muertes que ocurren en
el país están asociadas con enfermedades crónicas no transmisibles, muchas de ellas
derivadas de la obesidad.
Por tanto, llevar una correcta alimentación en los hogares implica una buena comunicación,
planificación y participación de todos. Comer en familia favorece el vínculo emocional,
permite transmitir valores y conocimientos sobre la alimentación y evitar prácticas poco
saludables.
Desde el punto de vista económico, el país pierde anualmente cerca de 2,4 billones de pesos
por cuenta de enfermedades asociadas al sobrepeso y la obesidad. Esta suma incluye costos
médicos directos, gastos de bolsillo de las familias y costos indirectos.
Asimismo, las familias deben asumir alrededor de 2,5 millones de pesos anuales en gastos con
niñas, niños y adolescentes con sobrepeso u obesidad, lo que agrava aún más el impacto de
esta problemática en los hogares colombianos. Uno de los factores que influyen en el
incremento de estas cifras es la alta exposición de niñas, niños y adolescentes a la publicidad
de productos ultraprocesados y bebidas azucaradas.
“En las consultas vemos cómo una buena alimentación, iniciada desde la infancia, tiene
efectos directos en la prevención de enfermedades crónicas en la adultez. Pero lo más
importante es que cuando las familias se involucran en el proceso, desde elegir los alimentos
hasta cocinar, se generan lazos y aprendizajes que fortalecen la salud integral de todos sus
integrantes”, aseguró el Doctor Alejandro Rivas, Gerente de la Red Médica de emi Falck y
Faculty en el Centro de Entrenamiento CEMI para Colombia de la American Heart Association.
Desde emi Falck reafirmamos nuestro compromiso con el bienestar integral de las familias.
Sabemos que acompañar este proceso implica brindar herramientas, escucha activa y
espacios de contención para que madres, padres y cuidadores se sientan acompañados.