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El nuevo cuello de botella digital: cuando el clima daña el edge computing

12 de agosto de 2025 por
El nuevo cuello de botella digital: cuando el clima daña el edge computing
ACIS

El crecimiento exponencial de los datos, sumado a la necesidad de responder en

tiempo real, ha impulsado en los últimos años una verdadera revolución en la

infraestructura digital. Procesar la información “en el borde” es decir, directamente

en el lugar donde se genera. Se volvió una necesidad operativa para industrias

como la minería, la logística, la energía o el agro. El edge computing llegó para

quedarse, pero ahora enfrenta un enemigo silencioso: el clima.


La narrativa habitual de la transformación digital suele centrarse en la nube, la

inteligencia artificial o la analítica avanzada. Sin embargo, en campo, en el terreno

real, los protagonistas son otros: sensores, gateways, tablets, cámaras, dispositivos

móviles. Toda esa tecnología que conecta, mide, calcula y automatiza está

físicamente expuesta a un entorno que, por efecto del cambio climático, se vuelve

cada vez más hostil. Y ahí comienza un nuevo cuello de botella.

Según estimaciones de Embedded Computing Design (2024), para el año 2025 el

75 % de todos los datos industriales se procesarán fuera del centro de datos

tradicional, en lo que se conoce como edge computing. Pero si ese “borde” está en

un pozo petrolero a 45 °C, en una zona rural con lluvias torrenciales, o en una

cantera con polvo constante, ¿qué ocurre con la tecnología que no está preparada?

En América Latina, el problema se intensifica. No solo por la variedad geográfica

—que incluye selvas, desiertos, montañas y llanuras—, sino por el aumento

sostenido de fenómenos climáticos extremos. El último informe del Panel

Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC, 2024) advierte que estos

eventos se volverán más frecuentes e intensos incluso si la temperatura media

global no sube más de 1,5 °C. Ya en 2024 se registraron temperaturas récord en

Argentina, Brasil y México, junto con tormentas severas en países como Colombia y

Perú. En ese entorno, los dispositivos que conforman la capa física del edge sufren

el impacto directo: fallan, se recalientan, se corroen o se desconectan.

“El cambio climático está modificando las reglas de operación en campo. Hoy no

alcanza con tener dispositivos inteligentes, también deben ser físicamente

resilientes. La robustez tecnológica ya no es un diferencial: es una condición para

operar”, señala Jim Wang, Regional Sales Manager de Getac para América Latina.

El problema no es menor. Un fallo en un dispositivo edge puede interrumpir la

operación de una máquina, cortar la trazabilidad de una carga, dejar sin monitoreo

una válvula crítica o provocar errores de interpretación de datos. Según datos de


BigPanda (2024), el costo de una interrupción no planificada en empresas grandes

puede superar los USD 23.000 por minuto, sin contar penalidades ni consecuencias

indirectas.

Frente a esto, el hardware robusto aparece como una respuesta inevitable. Equipos

especialmente diseñados para resistir polvo, humedad, calor extremo, vibraciones o

impactos permiten sostener la digitalización en lugares donde la tecnología

convencional no sobrevive. Empresas como Getac desarrollan dispositivos

certificados con estándares militares (MIL-STD-810H) e industriales (IP66), capaces

de funcionar en condiciones de -29 °C a 60 °C, sin ventiladores ni partes móviles,

sellados y resistentes a caídas.

“Lo que más valoran nuestros clientes en la región es que el hardware robusto de

Getac les permite trabajar sin interrupciones, incluso en condiciones climáticas que

antes obligaban a detener operaciones o reemplazar equipos. Es continuidad

operativa asegurada”, destacan desde Getac.

En vez de pensar en el edge como una cuestión solo de software o conectividad, el

cambio climático obliga a mirar la base física del sistema. ¿Está la infraestructura

edge preparada para resistir un mundo más caliente, más húmedo y más extremo?

En muchos casos, la respuesta es no.

La transformación digital en entornos industriales ya no puede separarse del

contexto ambiental. Y si el clima es una amenaza para la operación, el hardware se

convierte en la primera línea de defensa. Porque en el borde donde pasan las cosas

importantes no hay margen para el error ni para la obsolescencia.

Fuentes citadas:

● Embedded Computing Design (2024) – “75% of Data Will Be Processed Outside the Cloud by 2025. Are You Rugged-Edge Ready?”

https://embeddedcomputing.com/technology/iot/edge-computing/75-of-data-will-be-processed-outside-the-cloud-by-2025-are-you-rugged-edge-ready

● IPCC – Grupo de trabajo I (2024) – “AR6 Climate Change 2024: Synthesis Report”

https://www.ipcc.ch/report/ar6/syr

● Le Monde (julio 2024) – Entrevista a Sonia Seneviratne: “We need to let go of the climate of the past”

https://www.lemonde.fr/en/environment/article/2024/07/18/ipcc-scientist-sonia-seneviratne-we-need-to-let-go-of-the-climate-of-the-past_6688082_114.html

● BigPanda (2024) – “IT Outage Costs 2024: The Real Price of Downtime”

https://www.bigpanda.io/blog/it-outage-costs-2024


Acerca de Getac

Getac Technology Corporation es una subsidiaria estratégica de Getac Holdings Corporation

(TWSE: 3005), parte de MITC-Synnex Business Group con ingresos anuales en 2020 por US$ 41.3 mil

millones. Getac fue fundada en 1989 como una empresa conjunta con GE Aerospace para el

suministro de productos electrónicos de defensa. En la actualidad, la gama de productos de Getac

incluye notebooks robustas, tabletas robustas, software y soluciones de video móvil para los

sectores de defensa, policía, bomberos, servicios públicos, automotriz, manufactura, transporte y

logística.

El nuevo cuello de botella digital: cuando el clima daña el edge computing
ACIS 12 de agosto de 2025
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