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De la jurisprudencia a la operación: Cómo la ley reconfigura la gestión de fraudes

12 de diciembre de 2025 por
De la jurisprudencia a la operación: Cómo la ley reconfigura la gestión de fraudes
ACIS

Colombia, diciembre 2025. La conversación sobre fraude en América Latina cambió de tono. Ya no se trata solo de modelos y reglas: los jueces están marcando el paso. En Colombia, la Corte Constitucional avaló la constitucionalidad de una ley estatutaria que ordena suspender cobros, intereses y reportes negativos cuando hay indicios de suplantación, hasta que el caso se aclare.

Este escenario no es exclusivo de Colombia. Otro ejemplo en España, el Tribunal Supremo consolidó que las operaciones no autorizadas deben reembolsarse salvo negligencia grave del cliente. Este giro jurídico obliga a rediseñar procesos, métricas y tecnología en las operaciones de fraude y elevan el listón operativo para bancos, telcos y otorgantes de crédito.

Ya no basta con responder, hay que comprobar. Demostrar que la suspensión fue oportuna, que existió trazabilidad, que cada decisión tuvo una explicación técnica y que la gestión de evidencias fue consistente y auditable. En este nuevo entorno 'court-driven', la justicia se convierte en el nuevo regulador de facto.

En nuestros proyectos recientes tenemos identificado los “drivers”, las “respuestas” y los “desafíos” más comunes del mercado actualmente en las organizaciones:

  • Drivers: sofisticación del fraude, demanda de eficiencia operativa y prioridades institucionales impulsadas por decisiones judiciales.
  • Respuestas: colaboración entre Datos‑Riesgo‑Tecnología, decisiones dirigidas por IA con explicabilidad y alineación legal con un Stop‑Charge Playbook.
  • Desafíos: confianza del cliente basada en el tiempo de respuesta y contexto mientras silos fragmentados, adopción de GenAI/IA agéntica con gobierno y escalamiento desde pilotos a operación estable.

Para responder con rapidez y gobernanza, donde la conformidad se prueba con datos y trazabilidad, requiere integrar orquestación, analítica explicable y gobierno legal en un solo flujo. La línea base ‘court‑driven’ exige procesos probados y métricas claras.

Cada disputa judicial requiere unir evidencias de múltiples sistemas. La ausencia de una plataforma orquestadora multiplica los costos, aumenta los riesgos y debilita la defensa legal.

Convertir una obligación judicial en una ventaja competitiva es posible, conectando datos, decisiones y evidencias en un solo flujo operativo, basado en pilares como:

  • Capa de orquestación: integra identidad, crédito, pagos, atención, etc. en un flujo unificado.
  • Motor de decisión explicable: registra y justifica cada acción (bloqueo, reversión, suspensión).
  • Visión 360° del cliente: une el historial técnico (logs, alertas, eventos) con el histórico humano (interacciones, disputas, resoluciones).
  • Gobernanza federada: garantiza que cada decisión pueda ser rastreada, auditada y defendida jurídicamente.

Este modelo aplica ingeniería de decisión a la jurisprudencia, convirtiendo la obligación de cumplir una orden judicial en una respuesta automatizada, trazable y predictiva.

En un mundo donde la justicia dicta los nuevos estándares operativos, la verdadera medida de madurez digital de una organización será su capacidad para conectar, en un flujo coherente, los datos, decisiones y evidencias que sustentan cada interacción con el cliente. La próxima frontera de la confianza no se construye solo con políticas, sino con arquitectura. En este contexto la IA responsable deja de ser un concepto aspiracional para transformarse en requisito mínimo de operación en industrias reguladas y de alto riesgo como los servicios financieros.

De la jurisprudencia a la operación: Cómo la ley reconfigura la gestión de fraudes
ACIS 12 de diciembre de 2025
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