Un corte con papel o por vaso de vidrio que se rompió, un raspón tras una caída o
una pequeña quemadura son situaciones cotidianas que pueden ocurrir en
cualquier hogar. Ante estos eventos, saber cómo actuar de forma rápida y correcta
puede marcar una gran diferencia en la recuperación. Para orientar a padres,
cuidadores y adultos mayores, Viviana Astrid González Guzmán, docente del
programa de Enfermería de Areandina, sede Bogotá, comparte una serie de
recomendaciones clave con el fin de realizar curaciones seguras en casa.
El principal elemento para atender un accidente casero es contar con un buen
botiquín básico que, lejos de acumular productos costosos, lo fundamental es
saberlo utilizar correctamente para garantizar condiciones higiénicas y evitar
complicaciones.
“Este debe tener mínimo un jabón neutro, suero fisiológico, guantes desechables,
gasas estériles, antisépticos suaves como la clorhexidina, tijeras limpias, cinta
médica hipoalergénica y apósitos adhesivos. Asimismo, es necesario disponer de
una bolsa para desechar los residuos de forma adecuada”, recomienda González.
Además, es aconsejable incluir otros elementos útiles como mascarillas de
protección facial, toallitas de alcohol para desinfectar heridas, vendas con el
propósito de detener un sangrado, pañuelos triangulares que permitan improvisar
un cabestrillo, analgésicos y antipiréticos como el paracetamol, crema
antiinflamatoria para tratar golpes y aliviar el dolor.
Pero, más allá del botiquín, cuándo es prudente tratar un accidente en casa o, por
su gravedad, mejor llamar o ir directamente al médico.
Al respecto González, indica que, si se trata de una lesión leve, superficial, sin
sangrado abundante ni signos de infección, puede ser manejada rápidamente en
el hogar; pero la situación ocasiona una herida profunda, que sangra de forma
persistente, que fue generada por un objeto contaminado o muestra signos de
infección, como pus o fiebre, es vital acudir por urgencias. En este punto advierte:
“en algunos casos, de hecho, puede que la persona requiera vacuna antitetánica o
manejo con antibióticos con orden médica”.
Tres recomendaciones clave de la experta para hacer una curación segura
1. Use guantes limpios y proceda a limpiar la herida con agua y jabón neutro o
suero fisiológico.
2. Seque la zona afectada sin frotar y aplique antiséptico solo si la herida lo
amerita.
3. Cubra la lesión con una gasa fijándola con cinta médica. Cambie el vendaje si
se humedece o muestra secreción.
“Tenga en cuenta, el lavado de manos es la forma más segura, higiénica, efectiva
y económica para evitar complicaciones asociadas al manejo de una herida”,
enfatiza la experta.
Por otro lado, hay errores que deben evitarse a toda costa. Uno de los más
comunes es el uso de alcohol o agua oxigenada directamente sobre la herida, lo
cual puede retrasar la cicatrización. Asimismo, aplicar remedios caseros como
café, miel o pasta dental debido a que pueden contaminar la zona y empeorar la
lesión. También es riesgoso automedicarse con antibióticos sin prescripción.
Además, agrega, González, “es importante evitar prácticas como soplar sobre la
herida, ya que la saliva contiene bacterias que pueden contaminarla. Tampoco se
debe dejar ésta al aire libre con la intención de que se seque más rápido, ya que
esto puede exponerla a infecciones. Otro error común es no preparar
adecuadamente el área de trabajo antes de realizar la curación, lo que puede
aumentar el riesgo de contaminación”.
Finalmente, recuerde que, con una combinación de conocimientos básicos,
elementos adecuados y atención a los signos de alerta, cualquier persona puede
brindar cuidados seguros y eficaces en el hogar.