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¿Cómo combatir el desperdicio de agua institucional? El reto de las ciudades inteligentes y sostenibles

3 de junio de 2025 por
¿Cómo combatir el desperdicio de agua institucional? El reto de las ciudades inteligentes y sostenibles
ACIS
  • La planificación urbana debe adaptarse a un escenario donde este recurso ya no es infinito, y las tecnologías emergentes pueden jugar un papel decisivo para mitigar el desperdicio hídrico institucional.
  • Daniel Jato Espino, docente de la Maestría en Ciudades Inteligentes y Sostenibles de la Universidad Internacional de Valencia (VIU), perteneciente a la red internacional de educación superior Planeta Formación y Universidades, reflexiona sobre la necesidad urgente de transformar la gestión del agua en las ciudades para enfrentar la crisis hídrica en las ciudades de América Latina.

Colombia, Junio de 2025 — Colombia está saliendo de una de las peores alertas por escasez de agua de los últimos años. En el último año, 277 municipios en 24 departamentos reportaron niveles de agua por debajo de lo normal, y 82 implementaron medidas de racionamiento. Las restricciones llegaron a ciudades principales como Bogotá, Cali y Medellín, coincidiendo con incendios forestales y sequías severas. Aunque la reciente temporada de lluvias ha traído un alivio temporal, persiste el temor de nuevas crisis si no se implementan medidas estructurales.

Una de las causas más críticas de esta situación es el desperdicio institucional del agua potable, que se agrava por fugas invisibles, infraestructuras obsoletas y malas prácticas de consumo. Este panorama plantea un reto urgente: repensar las ciudades desde su base para hacerlas más inteligentes, sostenibles y resilientes ante el cambio climático.

Para Daniel Jato Espino, investigador y docente de la Maestría en Ciudades Inteligentes y Sostenibles de la Universidad Internacional de Valencia (VIU), perteneciente a la red internacional de educación superior Planeta Formación y Universidades, el contexto actual obliga a que las nuevas infraestructuras se diseñen bajo criterios de eficiencia, resiliencia y circularidad, integrando desde su origen soluciones como sistemas de captación de agua pluvial, reutilización de aguas grises, paisajismo funcional y tecnologías de bajo consumo.

El agua como variable estructural de la ciudad

La crisis hídrica no solo impone restricciones al consumo: transforma por completo la forma en que se conciben las ciudades. De acuerdo con Daniel Jato Espino, el agua ha dejado de ser un recurso disponible por defecto y se ha convertido en una variable estructural que condiciona la viabilidad de cualquier intervención urbana sostenible.

«La planificación urbana debe tener en cuenta la vulnerabilidad hídrica de los territorios, promoviendo modelos de ocupación del suelo que respeten los ciclos naturales del agua, como el drenaje urbano sostenible», señala el experto de VIU.

Esta perspectiva implica también un cambio en las metodologías de evaluación de proyectos, incorporando herramientas como el análisis de ciclo de vida o la evaluación multicriterio, que permiten anticipar impactos y tomar decisiones más responsables.

Políticas públicas con enfoque integral

La transformación hídrica de las ciudades no es posible sin el respaldo de políticas públicas sólidas que combinen regulación, incentivos y educación ciudadana. Según el experto de VIU, una de las prioridades debe ser establecer marcos normativos claros y exigentes que obliguen a incorporar sistemas de eficiencia hídrica en nuevas construcciones y rehabilitaciones. Esto incluye dispositivos de bajo consumo, redes separativas y sistemas de reutilización.

Se requieren también incentivos económicos —como subvenciones o exenciones fiscales— que estimulen tanto a instituciones como a ciudadanos a adoptar prácticas de ahorro y reaprovechamiento del agua. Además, es clave que existan mecanismos de gobernanza participativa, donde distintos actores –administraciones, empresas, academia y ciudadanía– colaboren en la planificación y evaluación de las políticas hídricas.

Innovación tecnológica para detectar, prevenir y reaprovechar

Las smart cities están encontrando en la tecnología un aliado crucial para mejorar la gestión del agua. Entre las estrategias más efectivas se encuentra la instalación de sensores IoT (Internet of Things) que permiten monitorear en tiempo real las redes de abastecimiento y detectar fugas de forma temprana, evitando así pérdidas significativas.

Por otra parte, los llamados gemelos digitales –modelos virtuales de infraestructuras hídricas– están siendo utilizados para anticipar fallos y optimizar los planes de mantenimiento. La reutilización de aguas grises y pluviales, por su parte, se convierte en una práctica clave para disminuir la presión sobre las fuentes convencionales, permitiendo que el agua no potable se use para riego, limpieza o procesos industriales.

«Muchas ciudades están integrando plataformas de gestión apoyadas en inteligencia artificial, que consolidan datos de múltiples fuentes (sensores, predicciones meteorológicas y patrones de consumo) para tomar decisiones más informadas y sostenibles», detalla el experto. «Estas innovaciones, además de mejorar la eficiencia operativa, fortalecen la resiliencia urbana frente a la crisis hídrica y fomentan una cultura de uso responsable del agua».

¿Cómo combatir el desperdicio de agua institucional? El reto de las ciudades inteligentes y sostenibles
ACIS 3 de junio de 2025
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