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EL LENGUAJE PARA ¨HABLAR¨ CON LA MAQUINA

El único lenguaje que un procesador electrónico es capaz de comprender directamente está compuesto por números. Cada programa está formado internamente por una serie muy larga de cifra binarias, las cuales son comprendidas por la máquina, porque sabe por ejemplo que 0110 significa ¨llevar a cabo una multiplicación¨, o que 1010 significa ¨poner el resultado en la memoria¨. Este lenguaje de la máquina no tiene significado inmediato alguno para el hombre, es muy difícil de recordarlo y usarlo sin cometer errores. Nacieron entonces los ¨lenguajes simbólicos¨, que sustituyeron los números con letras que nos dan el significado; por ejemplo, para ordenarle a una máquina la perforación de una tarjeta, basta comunicarle la letra ¨P¨; para ordenarle la ejecución de una suma, la letra ¨A¨, etc.

Por supuesto, es necesario introducir primero en la máquina una serie particular de instrucciones que permitan al procesador traducir automáticamente los varios símbolos al lenguaje hecho de 1´s o 0´s, con el cual el procesador opera. En 1957, después de años de estudios, un grupo de expertos de la IBM crea un lenguaje simbólico avanzado llamado FORTRAM, ¨traductor de fórmulas¨. Este lenguaje, muy parecido al lenguaje normal utilizado por el hombre, es particularmente útil para impartir instrucciones que resuelvan problemas matemáticos, técnicos o científicos.

Con el FORTRAM, el hombre escribe un programa con palabras tan comprensibles como ¨multiplica¨, ¨calcula¨, ¨raíz cuadrada¨, etc., las cuales son transformadas automáticamente por el procesador, con auxilio de un programa particular, al lenguaje de la máquina.


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PROCESADORES CIENTÍFICOS Y COMERCIALES

Para responder mejor a las diversas exigencias de aplicación, los procesadores son proyectados y construidos con propiedades diferentes, las que los identifican como científicos o comerciales.

Los problemas de tipo científico, como la física nuclear o el estudio de las trayectorias de cohetes, están caracterizados por la presencia de pocos datos que van a ser utilizados en numerosas operaciones de cálculo. En los procesadores de tipo científico la atención es puesta en sus altas velocidades de cálculo, su exactitud y el autocontrol de las operaciones, mientras que se da una importancia menor a la velocidad de lectura de datos y la impresión de resultados.

Los procesadores comerciales, que no tienen que manejar cálculos muy complicados, tienen unidades de entrada y salida de datos de alta velocidad, necesarios para leer una gran masa de información contable e imprimir facturas, propuestas y documentos administrativos.


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LA PROLIFERACIÓN DE LOS PROCESADORES

Al aparecer el primer procesador electrónico, los expertos valoraron que inicialmente solo cuadro o cinco grandes industrias en los Estados Unidos hubieran podido realmente estar interesadas en el uso de los mismos.

El primer procesador construido en serie fue instalado en 1951 y, contra los pronósticos originales, se fueron volviendo muy populares, gracias a la introducción de nuevas técnicas, nuevas unidades y nuevos métodos de programación.

En 1953, el número de procesadores instalados en todo el mundo era de aproximadamente 100 unidades. En 1958, en los Estados Unidos solamente, se pueden contar ya 2,500 procesadores en uso.

Al final de la considerada Primera Generación de procesadores en 1958, estas máquinas ya habían conquistado la confianza de las compañías que las utilizaban.

En esos años, México tenía instalados 2 procesadores: un Sistema IBM-650 en la Universidad Nacional Autónoma de México y un Sistema IBM-632 en una institución comercial.

Consideradas al principio más como instrumentos de cálculo para investigación científica y universitaria que como máquinas útiles a nivel operativo de empresas y compañías, los procesadores fueron superando su capacidad para elaborar información general, pero con limitaciones debidas a su técnica de construcción y de programación, todavía no muy refinadas.

El uso de estos procesadores ya no representa una ¨aventura¨ para las empresas y compañías que los instalan, sino que se convierte en una necesidad para resolver los problemas operativos.


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