CONTENIDO

LA UNIDAD DE CONTROL

La memoria, que almacena en su interior datos e instrucciones, no es capaz de comprender el significado de las órdenes que contiene. La interpretación de esas órdenes está asignada a la unidad de control, la cual examina el contenido de los núcleos de ferrita y utiliza los varios estados de ¨1¨ y ¨0¨ para obtener impulsos eléctricos oportunos, que lograrán, a velocidades electrónicas, los efectos deseados.

Cada instrucción introducida en la memoria se compone de dos partes: la primera serie de impulsos indica cuál es la operación a realizar; la segunda parte indica la posición en la memoria donde se encuentra el dato que es necesario para la operación, o sea su ¨dirección¨.


Volver al contenido de la página

LA RESPUESTA DEL PROCESADOR

Los resultados de los cálculos son proporcionados por el procesador por medio de la unidad para la emisión (o salida) de datos. El más simple de estos dispositivos es el perforador de tarjetas, el cual se encarga de convertir los resultados en forma binaria a una forma de más fácil comprensión para el hombre; una serie de punzones, movidos por impulsos eléctricos atiempados, que son enviados por la unidad central de proceso, transforman los resultados en perforaciones sobre la tarjeta.


Volver al contenido de la página

LA MEMORIA AUXILIAR

Cerca de la mitad de los años 50´s, las posibilidades prácticas de los procesadores fueron ampliadas notablemente con el uso de memorias auxiliares externas. Cintas, discos y tambores magnéticos registran gran cantidad de información para conservarla permanentemente o bien para utilizarla rápidamente durante las fases de procesamiento.


Volver al contenido de la página

LAS CINTAS MAGNÉTICAS

Las cintas magnéticas son de un material plástico recubierto de óxido férrico, de un ancho de menos de dos centímetros, sobre la cual la información es registrada en forma de puntos magnetizados o no magnetizados a lo largo de varias pistas paralelas para representar los símbolos 1 y 0. Así como en una grabadora común de sonido los datos son grabados o leídos por medio de una cabeza magnética, en el caso de los procesadores hay tantas cabezas como pistas paralelas.

Varias unidades de cinta pueden ser interconectadas al mismo procesador, permitiendo de esta manera almacenar millones de datos, registrándolos o leyéndolos a la velocidad de aproximadamente 15,000 números o letras por segundo, muy superior a la que se puede llevar a cabo por medio de las tarjetas perforadas.


Volver al contenido de la página

LOS DISCOS MAGNÉTICOS

Mientras que para leer la información registrada sobre cinta magnética es necesario avanzarla desde el principio hasta el punto que nos interesa, los discos magnéticos son una unidad de memoria auxiliar de acceso directo, que nos permiten llegar instantáneamente a cualquier dato registrado. Presentados por primera vez en 1956 en el Sistema IBM-305 RAMAC, la memoria de discos magnéticos es muy similar a una sinfonola.

Un grupo de discos magnéticos rotatorios almacenan la información sobre su propia superficie, a lo largo de pistas concéntricas, en forma de puntos magnetizados. Una o más cabezas penetran entre los discos y son utilizadas para la grabación o la lectura de los datos.

La disponibilidad de los discos magnéticos, capaces de individualizar y actualizar, en fracción de segundos, informaciones repartidas entre la gran masa de datos archivados, permiten un gran impulso a las aplicaciones de los procesadores electrónicos.


Volver al contenido de la página

EL PROGRAMA DE TRABAJO

Como todas las máquinas, el procesador electrónico es capaz de llevar a cabo únicamente para lo que ha sido programado, y nada más. Un programa es, consecuentemente, la serie de instrucciones que la máquina deberá seguir, paso a paso, para llevar a cabo automáticamente el trabajo y dicho programa está grabado en la memoria, antes del trabajo mismo.

Instruir un procesador, es decir programarlo, quiere decir identificar a través de un esquema extremadamente elemental y detallado (un ¨diagrama de bloques¨) todas las operaciones matemáticas y lógicas que la máquina deberá llevar a cabo en un cierto orden, previniendo hasta las eventuales alternativas que se pueden presentar en la resolución del problema.

Este esquema es convertido posteriormente en las instrucciones efectivas elementales que deberán ser seguidas por la máquina. Preparar un programa es un trabajo largo y arduo; pero después de ese trabajo, el procesador ya no requiere de la intervención humana y puede proceder, automáticamente, con la velocidad permitida por sus circuitos electrónicos, llevando a cabo el programa hasta millares de veces al día, siempre con absoluta precisión.


Volver al contenido de la página

Continuación de esta página

Prólogo
Índice
Introducción
Búsqueda por contenido
Página Anterior
Página Siguiente