Escaleras que mueven emociones

Sep 11, 2019 - by administrador

Alrededor de las escaleras eléctricas de la comuna 13 se mueve toda una economía y una industria del turismo inimaginable en las épocas en las que Medellín ocupaba los primeros lugares en el ranking de violencia mundial. Llegar a la zona y disfrutar de las paletas de mango biche con limón y sal de doña Consuelo, al llegar al primer trayecto de las mismas; conocer los restaurantes, hostales, sitios de voluntariado para turistas, librerías, ferias de venta de productos locales, tiendas de souvenirs, grupos de danza y música que llenan de arte el recorrido junto con los grafitis ya también mundialmente conocidos; es darse cuenta de que la sombra de los malos días ya es sólo eso: una sombra. La trasformación lograda por este ícono de ciudad le ha valido innumerables premios de innovación social a Medellín, el reconocimiento internacional y un aumento significativo del turismo nacional e internacional.
 
Pero mantener este ícono vivo, es una tarea cotidiana que Ascensores Schindler Colombia realiza silenciosamente desde el año 2011 cuando inició el funcionamiento de las escaleras, gracias a un contrato de mantenimiento con Terminales Medellín. Por sus características y particularidades como el estar a cielo abierto, mover alrededor de 4.000 pasajeros al día y contar con 12 tramos con una longitud de 384 metros que reemplazaron 350 escalones, equivalente a 24 pisos de altura que los más de 12.000 habitantes del barrio Independencias I debían recorrer todos los días; es necesario que un equipo de 2 operarios de forma mensual realicen la rutina de mantenimiento establecida por el Grupo Schindler a nivel mundial para este tipo de equipos ubicados a la intemperie, que necesitan mayores cuidados y mejores protecciones para asegurar su buen funcionamiento y brindando así viajes 100% seguros.
 
“Mantener las escaleras impecables no es una tarea sencilla, esto requiere que nuestro personal se encuentre capacitado en las últimas tecnologías y conozca cada uno de los componentes de estas escaleras que a simple vista lucen como cualquier otra, pero que en su interior están recubiertas con armazones de protección especiales en acero y aluminio que permiten mayores cargas, humedad, calor, entre otras”. Explica Wagner Oliveira gerente general en Colombia de la compañía.
 
En “carritos de mercado” subieron las escaleras al sitio actual
 
La historia de particularidades e innovación de las escaleras eléctricas de la comuna 13 que hoy opera Ascensores Schindler Colombia, no se limita a las características especiales de su mantenimiento. Para su instalación cada tramo debió ser partido en 3 tramos (superior, centro e inferior) y su peso aproximado por tramo era de 3-4 toneladas, una vez colocadas en orden, debían ser ensambladas en el sitio. Para lograrlo, las escaleras debieron ser llevadas en 36 viajes desde Itagüí (lugar donde se almacenaron) hasta el lugar de instalación.
 
Para que los camiones que las transportaban, pudieran llegar hasta un sitio cercano a la instalación, fue necesario construir viaductos con monorrieles por donde se deslizaban, en los que alrededor de 15 operarios recibían las escaleras para llevarlas en una especie de carros de mercado diseñados especialmente para este fin, hasta el mirador, (punto más alto de la obra) al final del trayecto, donde se instaló una grúa enorme que servía de brazo o columpio para deslizar hasta el viaducto cada tramo de escaleras.
 
Miles de ideas surgieron para llevar cada tramo hasta el sitio de instalación. Se pensó incluso en llevar cada tramo colgado de un helicóptero, idea que fue rechazada pues se destecharían más de 2.500 casas. El proyecto fue un desafío de ingeniería, no sólo por el lugar de instalación, sino por las características que tenían las escaleras al estar a la intemperie 24 horas, pues el techo naranja que hay en la actualidad llegó unos años después.
 
Gracias a la construcción de una maqueta a pequeña escala, los ingenieros pudieron ensayar los diferentes métodos de montaje e izaje de las escaleras, de modo que al llegar al sitio no había cabida a la improvisación. Durante esta instalación de las escaleras en el sitio, que duró aproximadamente 2 años, no hubo ningún accidente laboral. Desde que llegaba el camión hasta que el tramo era ubicado en su lugar fijo, podían transcurrir 8 días de trabajo (y eran 36 tramos) para luego continuar con los ajustes e instalación de estas.
 
La comunidad se preparaba para la llegada de las escaleras
 
Cuando apenas faltaba un mes para su inauguración, los habitantes de la comuna 13 que iban a verse beneficiados por las escaleras, fueron llevados a la Plaza de la Libertad para que montaran en escaleras eléctricas, puesto que muchos de ellos jamás lo habían hecho y era necesario que aprendieran normas básicas de seguridad y cuidado.
 
Se levantaron más de 2.500 actas de vecindad, es decir, el personal de Ascensores Andino (empresa que instaló las escaleras y luego fue en parte comprada por el Grupo Schindler ese mismo año), visitó cada uno de los hogares de la zona tomando fotografías del estado de las viviendas para evaluar el antes y el después de las obras y así asegurar que ninguna casa sufriera daños estructurales.
 
“La gente que vivía alrededor del proyecto estaba tan comprometida con este, que cuando se nos olvidaba alguna herramienta por error en el lugar, ellos la guardaban en sus casas.” asegura Edwin Rojo, uno de los ingenieros que estuvo a cargo de este importante desafío. Para ubicar las escaleras eléctricas, fue necesario comprar más de 45 casas y reubicar estas familias en lugares cercanos. Sólo un propietario se negó a vender, esto obligó el rediseño del proyecto.
 
Se desarrollaron campañas de prevención y uso de las escaleras, esto hacía necesario llevar a cabo un proceso pedagógico para que sus habitantes aprendieran a hacer uso adecuado de las mismas, una labor que hasta hoy se mantiene, pues un grupo de guías constantemente imparte educación acerca del uso adecuado de las escaleras.
 
La proyección continuará
 
En la actualidad, países como México diseñan proyectos similares a las escaleras eléctricas de la comuna 13. “Para Ascensores Schindler Colombia, mantener estas escaleras eléctricas, es sinónimo de orgullo e innovación, pues hoy por hoy somos referente en el Grupo Schindler por hacer parte de un proyecto que no sólo transformó una comunidad, sino que le entregó a Medellín esa visibilidad de la que hoy goza ante el mundo” afirma Wagner Oliveira, gerente general de la compañía. “Nuestro compromiso va más allá de la operación y mantenimiento. En Ascensores Schindler Colombia somos conscientes de que no sólo movemos pasajeros, movemos emociones y desarrollo, es por eso que trabajamos de la mano con entidades privadas y públicas, en la generación de programas de desarrollo social que permitan a la comunidad de la comuna 13, continuar transformándose a través del arte, la cultura y el emprendimiento, siempre con nuestro personal altamente capacitado”, asegura Oliveira.
 
Hoy, Comuna Project, un colectivo de jóvenes conformado por guías de turismo de la zona que agremian organizaciones sociales y culturales, está siendo respaldado por Ascensores Schindler Colombia, apoyando la generación de programas y proyectos prioritarios para el desarrollo de la zona, como visitas guiadas de públicos estratégicos para el desarrollo y la divulgación, en las que los proveedores y guías son parte del sector, generando empleo y calidad de vida.
 
Acerca de Schindler:
 
Fundado en Suiza en 1874, el Grupo Schindler es uno de los principales proveedores mundiales de ascensores, escaleras eléctricas y servicios relacionados. Las soluciones de movilidad de Schindler mueven a más de mil millones de personas cada día en todo el mundo. Detrás del éxito de la compañía hay más de 64,000 empleados en más de 100 países, con más de 1000 sucursales.
 
En Colombia, está presente hace más de 67 años, emplea más de 600 trabajadores y tiene 9 sedes físicas en todo el país, contando con técnicos residentes en ciudades lejanas. Es la única compañía en Colombia en tener un Centro técnico de capacitación, con una inversión cercana a los tres millones de dólares, este CTC cuenta con 10 pozos reales, 1 escalera y varias salas de simuladores. Anualmente la compañía invierte cerca de 28.000 horas de entrenamiento en su personal de campo.
 
Por: Redacción ATREVIA.