EL SIGLO DEL PROCESADOR ELECTRÓNICO

NACE EL CALCULO AUTOMÁTICO

"No es admisible que los estudiosos y
científicos en lugar de elaborar y
confrontar nuevas técnicas, pierdan su
tiempo como esclavos en las fatigas del
cálculo, que podía ser confiado a
cualquiera si se pudiera utilizar
máquinas para ello
."

G. W. Leibniz

En los últimos años, la computadora se ha trasladado de los confines de nuestra existencia hasta el centro de nuestra vida. Todos conocemos las ventajas y servicios que presta: su gran capacidad para almacenar y procesar vastas cantidades de información, para agregar datos a la información ya existente, para analizarla, recuperarla y transmitirla de un continente a otro a través de satélites o líneas telefónicas. Sabemos también que la computadora puede efectuar cálculos, establecer comparaciones, simular hechos y controlar operaciones científicas e industriales que se llevan a cabo en la realidad.

Igualmente sabemos que trabajan por medio de programas elaborados por analistas especializados y con tarjetas perforadas en las que se registran las órdenes del servicio que queremos obtener, de acuerdo con un código determinado; que poseen una memoria magnética que permite asentar todas las instrucciones y los datos con los que se le ha ¨alimentado ¨, transistores que se emplean para realizar las cuatro operaciones matemáticas básicas; sabemos que utiliza diferentes lenguajes o códigos para procesar esa información... Conocemos también algunos de los usos más comunes de las computadoras como la reservación de boletos de avión, el control de inventarios en fábricas o bodegas, el registro de historias clínicas de los pacientes de un hospital, la actualización de cuentas bancarias. En fin, que no podríamos concebir el mundo moderno sin la computadora.

Pero todo este admirable progreso electrónico, toda esta complejidad matemática que se maneja casi naturalmente por medio de una computadora, es sólo el resultado de un proceso que esconde sus raíces en las primeras investigaciones de las culturas más antiguas de la humanidad.

Desde los tiempos más remotos que registra la historia, las matemáticas han estado presentes. En cuanto el primer homo sapiens tuvo la necesidad de contar, numerar y agrupar los diferentes elementos que constituían su mundo cotidiano, surgió la noción más elemental de las matemáticas.

En las primeras culturas que se desarrollaron sobre la tierra aparecen ya representaciones y sistemas numéricos, conceptos avanzados e instrumentos ¨contables¨ que, al paso de los siglos, vienen a constituir la base de las matemáticas y de las máquinas más avanzadas de nuestro tiempo.

Caldeos, sumarios, babilonios, egipcios, utilizaban todos los días números, cuentas, representaciones, procesos matemáticos en sus operaciones más elementales. Los mayas, los más pasmosos científicos del pasado americano, inventaron el concepto del cero, principio de un sistema numérico tan complicado y perfecto que les permitió resolver complejísimos problemas matemáticos y astronómicos.

Los árabes introdujeron el sistema decimal, el más usual de los sistemas numéricos que se utilizan hasta la fecha. Aportaron también el álgebra, punto de partida de la trigonometría, el cálculo integral y diferencial y otros tantos procesos matemáticos que constituyen las principales herramientas de los científicos modernos.

Además, nos legaron uno de los primeros instrumentos contables de la historia: el ábaco.

Los griegos también hicieron grandes descubrimientos y aportación en este campo. Simplemente citemos la concepción euclidiana del infinito, que permaneció vigente hasta nuestro siglo, en que Einstein la revolucionó con novedosas teorías que conforman las matemáticas modernas.

Muchas de estas nociones, que se remontan hasta los tiempos más lejanos de la historia de la humanidad, siguen siendo para nosotros los puntos de partida para efectuar los cálculos y las operaciones matemáticas necesarias para resolver los problemas de nuestra era. Y a la par de estos conceptos, como un complemento natural, fueron surgiendo las diferentes máquinas contables para llevarlos a la práctica. Ya hemos hablado del ábaco árabe e igualmente podríamos nombrar las tablas caldeas o el sistema de nudos inca. Pero conforme la humanidad ha ido progresando, efectuando nuevos descubrimientos científicos, geográficos, astronómicos, obviamente ha surgido la necesidad de producir máquinas cada vez más complejas que registren todas estas operaciones.

Pero, ¿cuáles son estas máquinas? ¿Cómo han surgido? ¿Cómo funcionan? ¿Cuáles son los problemas específicos que han condicionado su aparición y su desarrollo?



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