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31. 1878. El ingeniero suizo W.T. Odhner inventa una máquina basada en el principio del piñón con un número variable de dientes, la cual efectuaba multiplicaciones y divisiones a base de sumas o restas repetitivas. Lanzada al mercado en 1892 bajo el nombre de ¨Bruswing¨ o ¨Brunsviga¨, alcanzó gran popularidad; en veinticinco años se construyeron cerca de 30,000.
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32. Hijo de un mecánico, Burroughs realiza su máquina calculadora de multiplicación directa en 1889.
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33. La oficina contable de J. Lyons & Co. LTD en Londres. Las máquinas de Burroughs y de Felt se difundieron en todo el mundo como instrumentos eficaces para facilitar la contabilidad.
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34. A finales de 1800, dos nuevas calculadoras americanas le dan impulso decisivo a la industria de las máquinas contables: La ¨Comptometer¨ de Dorr E. Felt y la calculadora de William S. Burroughs.
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35. Aún cuando su aplicación principal era orientada a la contabilidad, la máquina de Felt tuvo éxito en el campo técnico. En 1895, la Marina de los Estados Unidos utilizó la Comptometer para efectuar todos los cálculos de los proyectos navales.
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36. 1884. Dorr E. Felt inventa la ¨Comptometer¨, primera máquina de operaciones múltiples y de funcionamiento práctico. El rudimentario modelo inicial, conocido como la ¨Caja de Macarrones¨, ya que se utilizó una de ellas, usaba ganchos de carne para las teclas y ligas elásticas en vez de resortes. El Modelo, en forma más oficial, fue patentado en 1887.
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37. A los 19 años, en 1879, Herman Hollerith se gradúa de la Escuela de Minería de la Universidad Columbia y empieza a trabajar en la Oficina del Censo de los Estados Unidos.
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38. El diagrama de patente hecho por Hollerith en 1889 para su tabuladora eléctrica. Previamente había patentado un freno electromagnético para uso en los ferrocarriles.
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39. Hollerith se definía a sí mismo con orgullo como el primer ingeniero estadístico de la historia. Llamada por sus contemporáneos ¨El pianoforte de la Estadística¨, su máquina fue la progenitora de los modernos sistemas de procesamiento de datos.
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40. En 1887 no se había terminado todavía con los datos del Censo de 1880; a ese ritmo y con una población en crecimiento continuo, los datos del siguiente censo serían obsoletos para cuando se terminaran de analizar. Seriamente preocupada, la Oficina del Censo lanzó una convocatoria para un nuevo sistema de cálculo mecánico. Ganó la máquina tabuladora eléctrica de Hollerith, que volvió sumamente veloz el sistema.

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